La potencia asiática ha incrementado la censura en internet restringiendo las redes privadas virtuales (VPN), servicios de pago para conectarse a servidores de otros países para poder acceder a páginas no permitidas en China como Facebook, Twitter o Gmail.
Desde 2003 China puso en marcha el “gran cortafuego”, un protocolo que bloquea páginas web y filtra resultados, restringiéndose cada vez más el uso de internet. La censura ha llegado a series de ficción como “Shameless” o “Empire”, o hasta la detención de los usuarios.
El último objetivo de la potencia asiática han sido las redes privadas virtuales. Compañías del sector como Astrill han informado a sus usuarios de China que sus servicios en los dispositivos que utilizan el sistema operativo iOS de Apple están siendo bloqueados.
Otro de los temas que más preocupa a organizaciones como Amnistía Internacional o Human Rights Watch es la detención de centenares de blogueros y usuarios de redes sociales debido a la normativa que se impuso en 2013 de reducir a 500 el número de veces que un mensaje puede ser “reenviado” sin la responsabilidad legal del autor. Como sería el caso de Qin Zhihui, condenado a dos años de cárcel en 2014 después de que un mensaje que publicó en Weibo fuese reenviado 11.000 veces y comentado 3.300.
Lu Wei, un político al mando de la Oficina de Información e Internet en China, es el que tomó el control de todas estas medidas desde hace dos años y conocido por ser el ojo derecho del presidente Xi Jinping por su “mano de hierro” en la gestión de internet.
Fuentes: La Vanguardia